LA LLEGADA DEL CACHORRO
  Cuando un cachorro de Bobtail entra por la puerta de nuestra casa tenemos que ser conscientes de lo que ello supone, por lo tanto, antes de que eso ocurra, es importante haber tenido en cuenta lo siguiente:
-         Un cachorro de Bobtail no es un juguete, aunque sea tremendamente juguetón.
-         Tiene una serie de necesidades básicas que hay que cubrir con responsabilidad.
-         Tiene una esperanza de vida de más de 14 años.
-         No podemos adoptarle hoy y abandonarle mañana, es inhumano e ilegal.
Sabiendo esto, su llegada será un momento muy feliz y que llenará de ilusión a toda la familia.
Generalmente, si el criador al que le hemos comprado el cachorro, es un criador responsable, nos habrá entregado una lista de recomendaciones, en la que aparecerán las fechas de vacunación que ya se han completado y las próximas que debemos hacer, la alimentación que estaba tomando, algunos consejos para la primera noche, y si el cachorrito presenta alguna particularidad emocional que requiera un trato especial los primeros días, por ejemplo si es muy tímido.
Esas recomendaciones, serán algo parecido a lo que exponemos a continuación:
  -         Debemos tener previsto el alojamiento del cachorro: Es común, en estos casos, que el cachorro llegue a casa acompañado de un montón de utensilios que acabamos de comprar en un momento de tanta ilusión. A lo largo de esta obra, podremos ir estudiando cada uno de ellos, pero el que ahora nos interesa principalmente es la cuna. Cualquiera de las cunas que se venden en el mercado es buena para un cachorro de bobtail, siempre que éste quepa dentro holgadamente. No merece la pena hacer un importante desembolso en una cuna pequeña, porque dejará de servirle en poco tiempo, menos del que nos pensamos. Por ello, es posible que resulte más útil, proporcionarle un cojín, o una colchoneta vieja. Tampoco es recomendable comprar una cuna del tamaño del adulto, porque es posible que en un futuro no se necesite. Cuando hallamos decidido el tipo de cuna que le vamos a proporcionar, tenemos que tener en cuenta unas pequeñas consideraciones de bienvenida para nuestro nuevo amigo. Si ha sido convenientemente socializado en el criadero, el cachorrito no se sentirá extraño con ningún miembro de la familia que lo coja lentamente y lo acurruque contra su regazo. Sí es cierto que debemos evitar durante un tiempo, el zarandearle, levantarle demasiado del suelo, o asustarle con palmadas o gritos.
Lo que sí extrañará nuestro cachorrito, será a su madre, cuando todos nos vayamos a dormir. Hemos leído decenas de libros en los que se recomienda que la primera noche se meta en la cuna del cachorro u trozo de tela con olor a su madre y una bolsa de agua caliente junto a un celos que haga tic-tac, para que el cachorro lo confunda con los latidos del corazón de su madre.
Lo que nunca aconsejan es que el cachorro duerma en la cama de sus dueños para que no se acostumbre. No se trata de un mal consejo, pero el deseo de los autores de este libro es que los dueños de un cachorro puedan ser tan humanos por lo menos como el cachorro al que adoptaron, y no nos engañemos, el cachorro dormirá la primera noche en la cama de sus dueños.
Partiendo de ese punto, ya nos ocuparemos más tarde en el capitulo de educación de mostrar como hacer que el cachorro vuelva a dormir a su cuna.
-         Desde el mismo momento de la llegada del cachorro a la casa debemos proporcionarle, cerca de su cuna, un comedero y un bebedero, pequeños y no muy anchos, para que no le sea fácil meterse dentro. El bebedero debe llenarse y mantenerse con agua fresca y limpia. Nunca leche, la grasa de la leche hace que los cachorros se descompongan en fuertes diarreas que pueden provocar deshidratación y bajada de defensas, y propiciar otras enfermedades. De adulto tendrá tiempo de tomar toda la leche que queramos. En el comedero pondremos el pienso que nos ha recomendado el criador mojado con agua, para que esté más blando y pueda comerlo. Es muy importante retirar el pienso que haya sobrado de un día para otro y limpiar bien el comedero, pues el pienso mojado fermenta muy rápido, y puede provocar gastroenteritis al cachorro.  Cuando hayan pasado unos días y las deyecciones sean regulares y consistentes, podremos darle un poquito de yogur, al que no debemos confundir con un postre lácteo, ya que éstos no poseen los fermentos naturales del yogur, que son los que favorecen el equilibrio de la flora intestinal. Al menos al principio, proporcionaremos a nuestro cachorro, un comedero lleno de modo permanente. En el capitulo dedicado a la alimentación, podremos analizar si nos interesa más el darles de comer 2 o 3 veces al día o el que tengan el pienso a disposición de modo permanente.
-         Nunca debemos sacar el cachorro a la calle antes de que se hayan producido las primeras revacunaciones, pues le estaremos exponiendo a enfermedades tan graves como el moquillo o la parvo virosis, a las que los adultos tienen mayor resistencia, pero que para los cachorros suelen ser mortales. Si es necesario trasladarlo, por algún motivo justificado, lo llevaremos en brazos, evitando el contacto con otros perros, y con las manos de sus amos, y lo llevaremos envuelto en una mantita para evitar que coja frió.
-         A pesar de lo dicho en el punto anterior, sí que es conveniente que el cachorro tome el sol lo antes posible, ya que esto le ayuda a fijar minerales y vitaminas, favoreciendo su crecimiento y correcto desarrollo. Por ello es ideal si tenemos algún rincón de la casa en que entre el sol durante un rato cada día, que su cuna esté cerca de ese lugar. Pronto observaremos, que el cachorro busca esa posición para tumbarse. Si no se da el caso, podremos sacarle cuando tenga unos días más a que le de el sol, y sino, deberemos esperar a la vacuna y después sacarle con mucha frecuencia a zonas donde de el sol. No olvidar nunca, que un perro, cachorro o adulto nunca debe estar al sol sin poder protegerse de él. El perro nunca nos podrá decir que tiene calor, y la única manera de saberlo es ver que él mismo busca la sombra, algo que no podrá hacer si se encuentra atado o le estamos agarrando. Una insolación puede ser muy peligrosa para un perro, por la dificultad que tenemos para diagnosticarla a tiempo.
-         Es conveniente que el cachorro tenga cerca de su cuna, un papel de periódico. Cada vez son más los criadores que acostumbran a los cachorros a hacer sus necesidades en un papel de  periódico, por lo que al llegar a casa, el cachorro utiliza este lugar en vez de ir a las alfombras de la casa. Posteriormente cuando estudiemos la educación básica del cachorro, podremos ver como hacer para que el cachorro se acostumbre a hacerlo en el periódico, y más tarde, vernos como aprovechamos ésta circunstancia para hacer que se acostumbre a hacerlo en la calle.
-         Durante los primeros días, el cachorro necesita tranquilidad, así como mucho cariño y sobre todo comprensión. Nunca debemos pensar que un cachorro o un adulto hacen algo para molestarnos. Hemos escuchado muchas veces esa afirmación típica que dice: “La dejamos en casa, y para vengarse orino en el sillón”. Esto nunca es cierto, lo más probable es que haya orinado en el sillón después de dar vueltas por toda la casa con unos nervios enormes buscando un sitio en el que orinar sin que os enfadéis, y como en el sillón no queda charco, ha decidido hacerlo allí, pero no para engañaros, sino porque ella ha identificado que cuando no hay charco no os enfadáis. De nada servirá reñirla al llegar a casa, solo servirá para que se ponga triste sin saber por que la regañáis. Sed comprensivos. Solo tiene dos meses de vida, y además no tiene ni tendrá nunca, uso de razón.
-         Pasados unos días de la llegada a casa, deberemos plantearnos reanudar su programa de vacunaciones. Esto lo haremos siempre después de 8 o 10 días de estar en casa, cuando haya superado el estrés inicial producido por el cambio, pues es conveniente que se enfrente a las posibles reacciones que le provoquen las vacunas encontrándose en plena forma. En las primeras visitas al veterinario, cuando nuestro Bobtail aun no tiene todas sus vacunas, deberemos evitar posarlo en el suelo de la clínica, y nos aseguraremos de que no se acerca a otros perros que puedan estar enfermos, así como no permitiremos que lo toquen los propietarios de otros perros. Nos debemos asegurar de que la masa sobre la que se coloca está desinfectada, y que el veterinario utiliza material desechable en todos lo utensilios con los que toca a nuestro perro. Incluimos aquí los termómetros, los guantes, etc.
-         A partir de ese momento debemos desparasitarle cada 30 días como máximo.
-         Deberemos de elegir un nombre para el cachorro. Este, además de satisfacer nuestros gustos, debe tener la característica de ser claramente reconocible por el cachorro, es por ello que nombre monosilabicos y de entonación clara son los más recomendados, a pesar de ser también los más comunes. Estamos seguros que nuestra imaginación  será capaz d encontrar un nombre que cumpla estas características y que no tenga más de dos silabas, además de ser original. Aprenderá a reconocer su nombre si lo repetimos insistentemente cuando nos acercamos a él, cuando jugamos con el o cuando le miramos a los ojos.
  Además de tener en cuenta estos puntos, debemos disponer de determinados utensilios que nos permitirán proporcionarle desde el primer día, una serie de cuidados que ayudarán a favorecer su salud y le acostumbrarán a permitir que le acicalemos cuando sea mayor:
-         Cepillo de puas metálicas terminadas en bolas e insertadas sobre base de  goma.
-         Peine de dientes que aunque no es necesario de cachorro, nos servirá para acostumbrarle a su uso.
-         Cortaúñas de guillotina, del tamaño apropiado.
-         Tijera de punta redonda para la limpieza de los espacios interpólales.
-         Polvos de azol o de Topiciclina para facilitar el arranque de los pelos de la cara interna de las orejas.
-         Champú y acondicionador de calidad y específico para razas de pelo largo.
-         Pañuelitos para la limpieza de los oídos.
-         Collar y correa de nylon de trenzado en sección redonda, para que no enrede el pelo y lo estropee.