PELUQUERIA E HIGIENE DEL BOBTAIL
Para quien observa un Bobtail, su mayor atractivo no puede ser otro que su espectacular aspecto, sin embargo, para quienes lo conocemos, lo que realmente nos aficiona y nos hace seguir día a día luchando por mantener e introducir esta raza es su corazón, que le convierte en el perro de compañía perfecto. Eso no quiere decir que no debamos esforzarnos en su higiene y su aspecto exterior que pueden darnos también muchas satisfacciones, así como garantizar el cuidado de su salud y la de la familia que le acoge.
Para mantener sus manto cuidado y sano sin tener la necesidad de cortarle el pelo, ni darse verdaderos atracones de desanudar, la forma más sencilla de actuar, es acostumbrarle desde pequeño a un cepillado diario de entre 5 y 10 minutos, que de hacerse de un modo intenso y profundo, puede ser suficiente para mantener un manto impecable durante toda su vida. Para que se acostumbre a no poner impedimento cuando tenga un tamaño considerable y le guste menos que le peinemos, lo más importante es acostúmbrale a colocarse panza arriba, que es la postura que menos les gusta, ya que les provoca un sentimiento de total indefensión que nosotros deberemos anular con la práctica, cuando él Bobtail vea que realmente es algo cotidiano y normal. En esta posición, tendremos acceso a las zonas más complicadas de cepillas, que son la barriga, los sobacos y las patas, debido a las irregularidades existentes en el manto de esas zonas.
Hasta que cumpla los 7 meses, bastará con cepillarlo unos minutos al día, si le dedicamos un poco más de tiempo una vez a la semana. En este cepillado semanal, deberemos eliminar el pelo muerto y los posibles nudos que hayan surgido. Se trata de cepillar suavemente, no de arrancar el subpelo para llenar una bolsa de pelos cada semana.
Después de los 8 meses, el sistema es el mismo, pero convendrá cepillarle 2 veces por semana, pues comienza la edad del cambio de manto de cachorro al de adulto. Este cambio dura de los 8 a los 15 meses y es la fase crucial en el cuidado del manto, ya que el Bobtail posee una ventaja respecto a otros perros para vivir en un piso, y es que su manto retiene el pelo muerto, que no cae al suelo de la casa. Sin embargo, si no se le cepilla adecuadamente en el periodo de cambio de pelo, esta ventaja puede hacer que se formen importantes nudos que duplicarán el trabajo posterior. Por ello es muy importante que en este periodo se respeten rigurosamente los cepillados.
Una vez que el pelo forma sus guías para el subpelo, es muy fácil mantenerlo, y se reduce muy considerablemente la facilidad en la formación de nudos.
A partir de este momento, volverá a ser suficiente con un cepillado semanal, y con que le bañemos cada vez que lo consideremos necesario por cuestión de higiene.
Las barbas del Bobtail tienen la particularidad de actuar con unas excelentes escobas y fregonas de todo aquello que es del interés de nuestros amigos, por lo que puede que sea recomendable lavárselas todos los días para poder permitirle que nos lama sin incomodidades.
Para ello, las lavaremos con agua y jabón normal, o bien con espuma de auto secado, que podremos adquirir en establecimientos especializados. Si utilizamos jabón, es importante aclarar bien para evitar picores. y para que el pelo de la barba no se ponga muy oscuro, nosotros mezclamos un par de cucharadas de Vernel blanco en 1 L. de agua, agitamos bien y después con un vaporizador mojamos todas las barbas, así el suavizante parece que protege al pelo del arrastre diario de las barbas por el suelo, también se puede hacer con el resto del pelo pero solo una vez a la semana, después de cepillar y solo vaporizar sin llegar a mojar mucho el pelo y siempre que se tenga mucho cuidado de que no se apelmace, hay que cepillarlo a menudo, esto le hace coger volumen y protege el pelo de la suciedad, pero hay que bañarlo cuando se vea que el pelo está demasiado espeso.
El cuidado de las uñas es muy importante en aquellos Bobtails que viven en pisos, debido a la baja abrasividad de los suelos, que no permiten un desgaste suficiente de las uñas, permitiendo que estas crezcan de modo excesivo y favoreciendo malformaciones en el pie, que dejará de ser todo lo compacto que debe ser el pie.
Para el mantenimiento de las uñas, utilizaremos un cortaúñas de guillotina para los cachorros y unas tenacillas para los adultos. Si observamos de cerca la uña, veremos que en su interior existe una pequeña protuberancia de carne en cuyo interior existe circulación sanguínea. Esta protuberancia puede desarrollarse en exceso en aquello perros a los que se les cortan muy poco frecuentemente las uñas, llegando a ocupar todo el interior de la uña. Al cortar, debemos
Intentar evitar alcanzar esa parte carnosa, que además de doler, liberará sangre profusamente. En caso de que esto ocurra, deberemos haber previsto la utilización de polvos corta-sangre, o en su defecto ceniza de cigarrillo (no caliente), para espesar la salida de la herida y cortar el flujo de sangre. En un ratito se cerrará la herida. Nosotros también utilizamos con éxito una pastilla de jabón. Si se produce hemorragia, se rasca con la uña afectada la pastilla de jabón de modo que se tapone la salida. Además de desinfectar la herida, el jabón cierra muy bien la salida de sangre, sin aportar cuerpos extraños como los polvos y la ceniza que puedan llegar a favorecer una infección.
Debido a que los bobtail tienen las orejas hacia abajo, éste, por su falta de ventilación se convierte en otro punto a cuidar de modo regular con el fin de evitar posibles infecciones. Es conveniente retirarle los pelos del interior de las orejas. Esto puede hacerse por medio de unas pinzas de depilar, o de un modo menos doloroso y más cómodo que es la aplicación de polvos de Topiciclina ó Azol que encontraremos en farmacias, y que debilitan la base del pelo, se hecha sobre el pelo de la oreja y se va cogiendo el pelo empolvado y se tira sin demasiada fuerza y que debilitan la base del pelo, permitiendo que este salga casi sin tirar. Una vez que hayamos terminado, limpiaremos bien los oídos con unas toallitas limpia-oídos, u otro medio al que estemos acostumbrados. Al terminar la operación, los oídos deben estar limpios y sin restos de humedad en el interior.
Para el cuidado de los pies del Bobtail, es necesario mantener vigilado el estado de las almohadillas, así como los espacios interpodales, en los que pueden generarse infecciones de la piel debidas a la humedad residual. La mejor forma de vigilar y controlar esta zona, así como de evitar la acumulación de humedad o la incrustación de cuerpos extraños es el recorte del pelo interpodal por medio de unas tijeras de punta curvada. Para no correr el peligro de que se mueva y le clavemos unas tijeras de punta afilada
Si debido a que camina mucho por terrenos abrasivos, o por cualquier otro motivo, se le cuartean las almohadillas, será conveniente aplicar un producto hidratante y protector, como algunas parafinas y otras grasas que podremos encontrar en el mercado. Si encontrásemos heridas, espinas clavadas o ulceraciones, limpiaremos la zona con betadine jabonoso y aplicaremos un spray de venda transparente, para evitar que se infecte.
La higiene bucal del Bobtail, como la de cualquier otro perro es esencial para garantizar una calidad de vida buena al llegar a la vejez. Salvo roturas, la excelente salud dental de un perro joven y bien alimentado, puede hacernos descuidar su higiene, lo que provocará una vejez en la que los dolores, las dificultades para comer, y las posibles infecciones, pueden darnos muchos disgustos. El bobtail tiene poca propensión a la acumulación de sarro, sin embargo no debemos descuidarnos, y debemos limpiar toda su dentadura de modo periódico con un cepillo duro y dentífrico especial parra perros que encontraremos en tiendas especializadas. Debemos asegurarnos bien de que no existen caries, y en caso de que así sea, deberemos extraer el diente afectado con la ayuda del veterinario, ya que de lo contrario puede que se produzcan fuertes dolores que pueden llegar a postrar a nuestro Bobtail.
Debido a que el Bobtail no dispone de cola, es más fácil que el pelo de la zona peri anal se ensucie cuando defeca. Para evitar esto, es conveniente mantener el pelo de esta zona recortado. Esto lo haremos con las tijeras de entresacar. Se peinará la culera con el ano despejado y de forma radial, dando cortes con la tijera de modo perimetral, con el fin de que quede igualado. Posteriormente pasaremos el peine de modo radial para extraer el pelo cortado. Si no ha quedado suficientemente despejado, podemos repetir la operación.
Desde que son cachorritos, debemos acostumbrarles al baño, pues aunque de cachorros, resulta sencillo y hasta divertido pelear con ellos en la bañera, no será así cuando tengan un considerable tamaño, y pretendan que nos bañemos nosotros en lugar de ellos. El Bobtail comprende muy rápido que somos más proclives a acercarnos a él cuando está recién bañado, con lo que si se le acostumbra desde pequeño, nunca nos dará ningún problema. De cachorro, debemos ser muy precavidos para evitar que coja Frio, para ello le bañaremos habiéndonos asegurado de que todas las ventanas están cerradas. Utilizaremos agua caliente, a la misma temperatura que la pondríamos para nosotros, y procuraremos que no le entre agua en los oídos, la nariz o los ojos. Será necesario utilizar un champú para perros muy suave y posteriormente secar con secador de modo exhaustivo, pero evitando que entre aire en los oídos. Si a la vez que secamos al cachorro pasamos suavemente cepillo suave a contrapelo, quedará muy bonito y apetecerá abrazarlo. Más aun. Una vez que este completamente seco, le dejaremos jugar en casa un ratito, y posteriormente volveremos a comprobar que realmente está seco, pues a veces guarda humedad y es muy difícil notarla hasta que se ha enfriado un poco. Por ello es conveniente provocar que juegue ese ratito, para que aunque la humedad se vaya enfriando, no le afecte. Si tiene humedad, debemos volver a utilizar el secador hasta que quede realmente seco.
Hay que recordar que no debe bañarse nunca a un cachorro hasta pasados 3 o 4 días desde la última vacuna, cuando ya se hayan pasado las posibles reacciones.
Una vez que nuestro Bobtail se haya convertido en un espectacular adulto, debemos tener en cuenta otras precauciones distintas a las mencionadas. Lo primero e imprescindible es no bañar nunca a un Bobtail con el pelo enredado. Antes de hacerlo, será necesario desenredar minuciosamente. Si no está enredado, bastará con darle un buen cepillado para que no entre al baño con pelos muertes que puedan enredarse al frotarle.
Una vez en la bañera, y colocado de pie, le rociaremos con agua caliente todo el cuerpo, lo cual haremos de modo más eficiente si utilizamos la ducha a presión. Esto se debe a que el subpelo del Bobtail forma una capa impermeable al agua que solo se puede superar si se separa el pelo aplicando el agua a presión en distintas direcciones. Nunca debemos intentar favorecer esa situación frotando de modo circular con las manos, pues provocaremos la formación de nudos. Seguidamente aplicaremos la primera mano de jabón previamente disuelto en agua para que sea más sencillo extenderlo por todo el manto. Como ya hemos dicho, no debemos remover el pelo, por lo que daremos un masaje con los dedos pero de manera unidireccional, con el fin de que el jabón llegue a la piel de nuestro amigo. Posteriormente aclararemos con la ducha a presión y apretando el pelo de forma lineal, para que salga el jabón, pero manteniendo la precaución de no remover el pelo.
Una vez aclarado deberemos jabonar de nuevo pero con el jabón un poco menos disuelto, pues en este caso será más fácil extenderlo.
Volveremos a masajear sin remover el pelo, e intentando alcanzar todas las partes del cuerpo. Aclararemos de modo concienzudo, y repetiremos la operación pero solo en las zonas en las que no nos haya quedado impecable. Por ultimo podemos aplicar acondicionador y dejarlo actuar unos minutos antes de aclarar definitivamente. El siguiente paso será colocarle sobre una mesa en la que no tengamos que agacharnos para secarle, y le pasaremos suavemente la toalla sin remover el pelo. Para posteriormente secarle con secador.
Una vez que esté bastante escurrido el pelo cogeremos el cepillo suave e iremos cepillando a la vez que secamos. De este modo quedará impecable y esponjoso. Es muy importante que al día siguiente del baño, se le vuelva a dar un buen cepillado a fondo para quitar los posibles pequeños nudos que se hayan formado por causa de la humedad.
Si lo llevamos a un a peluquería canina a que lo bañen, es conveniente que lo llevemos sin nudos, y desde luego, si no vamos a quitarle los nudos antes de bañarlo, es mejor afeitarlo, pues en caso contrario se formarán importantes apelmazamientos de pelo, que además de ser antihigiénicos y antiestéticos, son muy incómodos para el animal, pues le tiran del pelo.
Determinados acondicionadores que se encuentran en el mercado evitan en gran medida que el pelo se enrede. Se aplican por rociado posteriormente al cepillado y evitan la formación de nudos por apelmazamiento de pelos debido a la aparición de electricidad estática. De esta forma será más sencillo mantener el pelo desenredado.
Si como hemos recomendado, acostumbráis a vuestro Bobtail a dejarse cepillar desde pequeñito, cuando éste sea un esplendido adulto, será un verdadero placer recibir esos mimos que le concede su amo. El Bobtail entenderá que se trata de un buen rato en el que su querido propietario se dedica en exclusiva a él, y como ya hemos mencionado varias veces, eso es el colmo de la felicidad.
Podremos comprobar esto cuando veamos que al coger el cepillo, nuestro bobtail correrá hacia la mesa o el lugar en el que solemos cepillarle esperando el gran momento. Antes de empezar, procuraremos disponer todos los utensilios colocados al lado del lugar de trabajo. No debemos olvidar una bolsa para tirar los pelos que vayamos removiendo.
Antes de comenzar a peinar, pulverizaremos ligeramente con un acondicionador de buena calidad que proteja el pelo y facilite el peinado.
Con nuestro bobtail tumbado, empezaremos por la pata trasera, la levantaremos sujetándola con la mano izquierda, mientras vamos peinando con la otra mano peinando desde el pie hacia el muslo. Y desde el muslo al pie Seguiremos así hasta llegar a la culera. Esta zona ya la habremos saneado anteriormente, como hemos indicado.
El siguiente paso será peinar la zona de la barriga, hacia el costado, haciéndolo por capas, de modo que el pelo quede bien separado. Una vez que lleguemos al lomo saltaremos a trabajar con la pata delantera, la cual peinaremos del mismo modo que la pata trasera, es decir desde el tobillo al hombro y luego del hombro al tobillo y en capas. Continuaremos con la cabeza donde seremos especialmente cuidadosos al desanudar la barba y las inserciones de las orejas, donde suelen producirse pequeños nudos debidos a la humedad de meter tanto las barbas como la punta de las orejas
Cuando hayamos terminado bien la primera mitad, le daremos la vuelta y comenzaremos con la otra mitad, haciéndolo exactamente igual.
Si durante el cepillado encontramos algún nudo, lo cual será muy normal, lo cogeremos con ambas manos por la base lo moveremos de modo que comienza a des-apelmazarse, de este modo podremos ir introduciendo los dedos en el nudo y separando pequeños mechones, que a su vez iremos dividiendo, para finalmente pasar el peine por cada uno de ellos. Cuanto más dividido esté el nudo, menos pelo arrancaremos y menos tirones le proporcionaremos a nuestro estoico amigo.
Las zonas más propensas a anudarse son las orejas, las axilas, los pies, y la barriga.
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